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Este 18 de febrero se cumplen 48 años del debut homónimo de la banda estadounidense KISS, pero aunque no lo creamos este, prácticamente pasó desapercibido, tan solo con 75 mil copias vendidas.
Este álbum, de a poco se fue posicionando como un referente del hard rock y del heavy metal, ya que incluía “Deuce”, “Firehouse”, “Strutter” y Cold Gin”. La luz de la fama y el reconocimiento lo verían llegar hasta 1975, en el Alive!
En algún momento la banda explicaba que esto se debió en parte por la inexperiencia hecho que les llegó a intimidar en el estudio de grabación.
“Estábamos tan verdes”, dijo Stanley sobre las sesiones. “Me intimidaba el estudio y la idea de tocar algo y arruinar la configuración del equipo o arruinar una toma que estábamos grabando. El micrófono bien podría haber sido yo cantando en el trasero de un elefante. Era algo que estaba en el camino. Me sentí tan increíblemente fuera de lugar”.
Las grabaciones no le hacían justicia a la calidad de sus impactantes presentaciones, y la agrupación sabía reconocer su potencial, pero los periodistas musicales se burlaron de ellos desde el principio. “Los críticos, por razones que solo ellos y sus terapeutas conocen, no querían tener nada que ver con KISS”, dijo Stanley. “Me desconcertó porque claramente éramos innegables. Claramente nos tomamos en serio lo que hicimos y creo que fue intimidante para mucha gente”.
El concepto, la imagen, y el poder de su música era algo que posiblemente la audiencia no entendía, y ciertamente ellos tenían el objetivo de cultivar sus talentos. La razón por la que no eran considerados modernos se debía a no salían, pasaban la mayoría del tiempo practicando y ensayando, se lo tomaban muy enserio.
En 1977, KISS y su primer álbum homónimo se convirtió en un álbum de oro, pero eso no es nada en comparación de otros discos de la banda. Ya un año antes en 1976 obtendrían su primer disco de platino: Destroyer, las cosas nunca volverían a ser como antes.
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